Todavía impactado por la noticia de los 3000 universitarios españoles que, según una reciente encuesta, colocan a la Iglesia en último lugar de apreciación entre las demás instituciones estatales, leo en ACI Prensa digital, una noticia del mundo juvenil americano que reconforta y esponja el alma.
En la ciudad americana de Denver 5000 jóvenes se han comprometido públicamente a vivir en castidad, con anillos y brazaletes que les identifican como puros por elección.
Muchas veces se tilda a la Iglesia católica de ser anti sexo. Estos jóvenes manifiestan no estar en contra del sexo, sino que proclaman, como cristianos, que “hay un lugar y momento adecuados en el Plan de Dios para ello, que es el matrimonio”.
El coliseo donde se había realizado la convención juvenil ovacionó ruidosamente a John
Ellis cuando gritó que “La virginidad es lo máximo y el Plan de Dios es sexy”.
Un sacerdote acompañante animó a los miles de jóvenes a mantenerse castos y les dijo que “si Dios no es lo primero en sus vidas, entonces este compromiso es imposible de cumplirse”.
Este evento se debería divulgar por todos los medios para que sirviese de estímulo a nuestros jóvenes para que no se dejen llevar por el sexo y depongan su desafección a la Iglesia católica portadora de auténticos valores.