Hijos encauzados
Mi
viejo volkswagen corría a gran velocidad. A uno de los amigos que iban
conmigo se le ocurrió decir que quizás íbamos demasiado rápido.
Contesté indignado: Si no confías en mí, dime y te bajas. ¡No me digas que tienes miedo!
Mi
viejo volkswagen corría a gran velocidad. A uno de los amigos que iban
conmigo se le ocurrió decir que quizás íbamos demasiado rápido.
Contesté indignado: Si no confías en mí, dime y te bajas. ¡No me digas que tienes miedo!