Crece el flujo de anglicanos a la Iglesia Católica
Al inicio del siglo XVI Inglaterra era una de las naciones más católicas de Europa. El rey Enrique VIII había escrito un libro titulado "Assertio Septem Sacramentorum" en contra de las proclamas de Lutero. Ello le valió del Papa León X, el título de "Defensor Fidei" (Defensor de la Fe). La jerarquía católica inglesa estaba dirigida entonces por el Cardenal Wolsey, hombre ambicioso que acostumbró a los ingleses a que todos los asuntos religiosos se resolvían en la isla.