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Martha Morales

¿Cómo combatir tu defecto dominante?

El camino de la santidad 

Muy bien. Me imagino que en este momento te preguntarás: ¿qué voy a hacer con mi defecto dominante? Lo primero que debes hacer es felicitarte. Sí, felicitarte porque te has conocido un poco más a ti mismo. Si haz elegido ser mejor católico, luchar por alcanzar la santidad de vida a la cual todos estamos llamados, entonces ¡felicidades! Ya sabes por donde enfocar todas tus baterías, ya sabes cuál es el enemigo que debes vencer: tu soberbia o tu sensualidad.

Ya tuve una relación sexual, ¿ahora qué?

Ya tuve una relación sexual, ¿ahora qué? 

 

Lo que hagas hoy con tu vida afectará el tipo de vida que llevarás en el futuro. Cada uno se transforma en lo que hace.

No comprometas tu integridad. Reflexiona sobre la importancia de tus actos: cada vez que tienes relaciones sexuales, corres el riesgo de quedar embarazada, o embarazar, así como la de “pescar” una enfermedad de transmisión sexual. Ambas cosas pueden trastornar tu vida drásticamente.

Valor del sufrimiento

Valor del sufrimiento

Los seres humanos queremos ser felices a toda costa. Y lo seremos –por la eternidad- si somos fieles a Dios en esta vida terrena. De los grandes males, Dios saca grandes bienes. La única razón por la que Dios permite el mal, dice Santo Tomás, es para sacar de allí un mayor bien.

—A mí no me gusta el cristianismo porque exalta el sufrimiento—, decía una conocida mía.
A quien podríamos contestarle:

Un minuto por favor

Un minuto por favor

Los que quieren el aborto en los primeros meses, no tienen ningún interés en proteger al niño en ningún momento de su gestación, y tampoco lo protegen ya nacido. Ahora discuten que el aborto se realizará a las 12 ó 14 semanas de gestación. ¿Les importa? No. Además, las técnicas utilizadas son horriblemente dolorosas para el niño.

Si el embrión humano fuera parte del cuerpo de la mujer no tendría un corazón propio ni podría tener un sexo distinto del de la mujer.

Tratar a los Ángeles Custodios

Tratar a los Ángeles Custodios

La Iglesia ha definido dogma de fe la existencia de los Ángeles. Dios es el creador de todas las cosas, las visibles y las invisibles. (IV Concilio de Letrán, 1215).

El episodio de San Pedro, preso por Herodes Agripa, vigilado por “cuatro escuadras de soldados”, y liberado prodigiosamente por un ángel, mientras la Iglesia oraba por él (Hechos 12, 4ss), es símbolo de lo que va a ser la devoción a los ángeles.