La conversión del corazón
La conversión del corazón
La conversión del corazón
Miguel de Cervantes decía:
“es de vidrio la mujer,
pero no se ha de probar
si se puede o no quebrar,
porque todo podría ser”
—Fulanita, dame una prueba de amor-, dijo un joven.
— Si te casas conmigo no te doy una prueba, sino muchas. Si me amas, sabrás esperar a que estemos preparados para casarnos.
— Es que quiero saber si nos acoplamos, responde el joven.
Creo que muchas veces nuestro problema de conversión del corazón, que nos lleva a una falta de identidad, no es otro sino esa especie como de ligereza, de superficialidad con la que, al ver las situaciones que estamos viviendo, pensamos que al fin y al cabo no pasa nada. Sin embargo, puediera ser que, cuando quisiéramos arreglar las cosas, ya no haya posibilidades de hacerlo.