olvido
Perdonar y no olvidar
¿Hay que olvidar las ofensas que nos hacen, o no? Sí, en el sentido de no guardar rencor, primero porque es perjudicial para uno mismo, y segundo porque el perdón es transformar la ofensa en compasión. Sin embargo, no podemos olvidar haciendo desaparecer de la memoria aquello. Además, no olvidar es creativo... y la memoria constituye nuestra identidad… y cada recuerdo es un escalón más hacia la madurez. Perdonar es superar la ofensa y poder recordar sin rencor. El perdón no requiere olvido.
El olvido de Dios
Hace tiempo un buen amigo, sacerdote, quien fuera por varios años párroco del pueblo de Tequila en el estado de Jalisco, me contó este suceso. En la ceremonia del “Grito” en la noche de un 15 de septiembre, un presidente municipal, desde el balcón del palacio, arengaba al pueblo a superar unos vicios muy generalizados y para ello comenzó mencionando datos concretos de las cantidades de alcohol que se consumía en la localidad, para cerrar su argumento con la siguiente afirmación: “tal parece que estamos perdiendo el temor de Dios”.
Perdonar no significa olvidar
¿Alguien te ha hecho tanto daño que sientes que no puedes perdonarle? Recuerda que el que guarda rencor es el que sufre más y además, tiene una deuda con Dios, pues El espera, como lo dice en el Padre Nuestro, que perdonemos a los que nos ofenden.