Es bueno que tú existas
Cada vida humana inicia desde el amor y para el amor. El amor de unos padres es tan rico, tan poderoso, que permite el nacimiento de nuevos hijos. Ese amor se prolonga, continúa, en la acogida a esos hijos, en la atención a sus necesidades más elementales (leche, calor, curas médicas), en el ofrecimiento de una educación para avanzar hacia la edad madura, hacia el enriquecimiento de la inteligencia y de la voluntad.