Conventos para sanear el mundo
El sacerdote dirige una nueva reflexión a los ejercitantes. Quiere hablarles ahora de la vida contemplativa, de esos religiosos y religiosas que viven encerrados en monasterios y conventos.
Dejemos hablar al predicador. “Existen amigos silenciosos y, sin embargo, imprescindibles. Pensemos por un momento en el verde de los prados, en las hojas de pinos, encinas, hayas, abedules, palmeras, plátanos, alcornoques, abetos, robles, álamos, abedules.