Pasar al contenido principal

simples

Frases mágicas, ideas simples

Hace años me fui a tomar un café con un amigo, quien me planteó una situación especialmente delicada. Aquel relato requirió de un buen rato de conversación, lo cual, dicho sea de paso, es muy peligroso, pues como estábamos en uno de esos lugares donde a uno le están llenando la taza cuando a penas va a la mitad: se corre el riesgo de no poder pegar ojo en toda la noche. Pues bien, al final de aquella conversación, en la que solamente él se dedicó a hablar, se me ocurrió terminar con la siguiente pregunta: ¿y?

¿Simples hombres o auténticos señores?

Frecuentemente mantengo charlas con personas quienes me plantean problemas de diversas envergaduras. Claro está que, como sacerdote, los temas que puedo escuchar para dar un consejo -que no orden, por supuesto- son muy variados. Dichos asuntos pueden recorrer sendas como las dudas sobre verdades de fe, la moralidad de algunas acciones, la honestidad en asuntos profesionales, así como problemas familiares, de amistad, de noviazgo, y muchos más.