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Crímenes

Crímenes cobardes

Cuando estaba terminando mis estudios preuniversitarios en la Escuela Preparatoria número 4, de Tacubaya, precisamente en 1968, estalló el famoso movimiento estudiantil. Recuerdo que un día salimos del auditorio a “tomar camiones” para ir a la “Prepa 5” , pues los dirigentes de la porra así lo decidieron en una asamblea general. Como muchos otros, me dejé llevar por la ley del rebaño e hice lo que solo nunca hubiera hecho: detener un autobús lleno de pacíficos y asustados pasajeros y obligar al chofer a que nos llevara a nuestro destino.

Crímenes cobardes

Cuando estaba terminando mis estudios preuniversitarios en la Escuela Preparatoria número 4, de Tacubaya, precisamente en 1968, estalló el famoso movimiento estudiantil. Recuerdo que un día salimos del auditorio a “tomar camiones” para ir a la “Prepa 5” , pues los dirigentes de la porra así lo decidieron en una asamblea general. Como muchos otros, me dejé llevar por la ley del rebaño e hice lo que solo nunca hubiera hecho: detener un autobús lleno de pacíficos y asustados pasajeros y obligar al chofer a que nos llevara a nuestro destino.

¿A quiénes mata el aborto?

¿A quiénes mata el aborto?

El aborto mata a miles, millones de embriones y fetos. Los mata precisamente
en el seno materno, en un rincón maravilloso en el que todos los adultos hemos
transcurrido los primeros meses de nuestra vida humana. Los mata muy cerca del
corazón de sus madres: madres que deciden libremente o que son obligadas a
acabar con la vida de sus hijos.