Oración
Oración
Para muchos la dificultad en la oración consiste en que nadie nos ha enseñado a orar. Cuando pequeños nuestros padres y catequistas nos enseñaron más que otra cosa a rezar. Es decir a repetir de forma litánica algunas fórmulas entre otras, por ejemplo, el Padrenuestro. El rezo se transforma en oración en la medida en que lo que decimos (o pensamos) nace de corazón y deja de ser una formula sin sentido. Orar, decía santa Teresa, es derramar el corazón en la presencia del Amado.