La web abandonada
Era marzo. Entré a visitar aquella página web. La portada, muy atractiva. El mapa del sitio, muy lógico. Un lapicito simpático aparecía y desaparecía en la esquina superior derecha. En un golpe de ojo te quedaba claro qué era aquella organización, cuál era su visión y cuál su misión. Seguí navegando. Me topé con un anuncio: “¡Ayúdanos a ayudar, adquiere ya nuestras tarjetas navideñas”.