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cáncer

Amo la vida y lucho por ella, pero he perdido el miedo a la muerte

Una frase como esta salió de la boca de un hombre pocos días antes de morir. Es una de las últimas frases completas y legibles que pude escuchar de él, y que resumen quizá una vida. Estas fueron las palabras de Héctor Murillo, enfermo de cáncer, que días antes de Semana Santa, el 12 de abril por la tarde, dejaba a su esposa Sandra y a su hijo Leo, de dos años de edad recién cumplidos, en este mundo para irse al encuentro definitivo con Dios.
 

Cómo el aborto daña a la mujer: las pruebas de EEUU

Este duradero punto muerto retórico ha dejado a un buen número de estadounidenses -la gran mayoría de los cuales entiende que una vida humana individual es arrebatada en cada aborto- personalmente opuestos, aunque sin ganas de “imponer sus creencias” a nadie.La popularidad de la llamada postura “pro-elección” se debe en gran medida al éxito que los abogados del aborto han tenido en convencer a los estadounidenses de que el aborto es una precondición necesaria para el bienestar y la igualdad de la mujer.

Cáncer en la democracia

Si alguno piensa que la democracia española goza de buena salud a juzgar por las elecciones celebradas casi en normalidad, la aceptación en mayoría de las reglas del juego, y la alternancia en el poder de unos y otros partidos, habrá que decirle que peca de ingenuo o no tiene buena información o tiene anestesiado su sentido crítico.