Una antorcha de paz y de esperanza
La antorcha olímpica avanza, de mano en mano, llena de vida y temblorosa. Viene de un lugar lejano. Trae un fuego. Busca llegar a una meta, a un destino. Cada transmisor es importante: si uno falla, si nadie cubre una parte del camino, esa llama tal vez morirá, lejos de su destino. Tal vez se extinguirá abandonada y sola.