Para amar se necesita creer
Para amar se necesita creer
Entre el creer y el amar hay una relación tan estrecha, tan íntima, que nos resulta difícil responder a la pregunta: ¿uno ama porque cree, o uno cree porque ama?
Entre el creer y el amar hay una relación tan estrecha, tan íntima, que nos resulta difícil responder a la pregunta: ¿uno ama porque cree, o uno cree porque ama?
“Debes creer en las apariciones de...” “Yo no sé si sea cierto, pero desde que fui al Santuario de tal lugar, mi vida ha cambiado. Fue una experiencia de fe, una conversión de vida”.
1-INTRODUCCIÒN.
Estamos confesando y profesando nuestra fe, siempre que al rezar el Credo decimos:"Creo en la Iglesia que es una, ...y apostólica". Con ello expresamos que la Iglesia se remonta en su origen hasta los Apóstoles y que en ella se ha conservado y conserva la enseñanza íntegra de los Apóstoles, la cual, a su vez, nos ha llegado intacta hasta nosotros por sus sucesores los obispos en unión y comunión con el Papa Vicario de Cristo y sucesor del apóstol Pedro en Roma.
Entre el creer y el amar hay una relación tan estrecha, tan íntima, que nos resulta difícil responder a la pregunta: ¿uno ama porque cree, o uno cree porque ama?
Creo en ti
Estás presente en mi
la noche me habla de tu amor.
Estás presente en mi
por eso siempre creo en Ti.
En la noche larga de mi espera
con mis ansias de infinito miro al cielo y en el claro parpadear de las estrellas creo en ti.
Cuando transformado por el gozo
con mis noches luminosas como el cielo porque tengo todo el mundo ante mis ojos creo en ti.
Una de las cosas más lamentables dentro de nuestra Iglesia es el desconocimiento que muchos fieles tienen acerca de los FUNDAMENTOS DE SU FE CATOLICA. Esto es notorio no sólo en el ámbito de la gente sencilla, sino también entre profesionales que ostentan títulos universitarios.
Un cristiano que desconoce los fundamentos de su fe es fácil presa de "cualquier viento que sople". Bien decía San Pedro que todos "debemos estar prestos a dar razón de nuestra esperanza" (1Pe.3,15).