Que no se cansen los buenos
Señor, te pido por los buenos, los justos, los honestos, los misericordiosos. Que no se cansen, que no desesperen, que no se dejen abatir por los golpes de la vida.
Sí, Señor: necesitamos mucho de su ejemplo, de su entrega, de su amor sincero. Te lo pido de corazón: ¡que no se cansen los buenos!
Que no se canse la esposa o el esposo abandonado. Que sepa esperar, que no deje de rezar, que siente el bálsamo de tu consuelo, que tenga fuerzas para dar luz a un hogar que llora la ausencia de alguien muy amado.