Jorge Enrique Mújica L.C.
“El Papa es la causa de todos los males”. Al menos esta es la impresión que queda al leer los titulares de los diarios en las últimas semanas en que han salido a la luz (no siempre con la total certeza de la verdad ni con buena intención por parte de quienes publican) escándalos, filtraciones, acusaciones, actuaciones, declaraciones, informaciones, etc., sobre la vida de la Iglesia.
Publicaba la web en español de la BBC una nota sobre una rana peruana que, según las investigaciones de Jason Brown, de la Universidad de Carolina del Este, en Estados Unidos, vive de una forma “políticamente incorrecta”. ¿Por qué? Porque son monógamas. O en otras palabras, son fieles a sus parejas.
No es la primera vez que redacto un artículo sobre la cristianofobia y seguramente no será el último. Lo vuelvo a hacer porque sigue siendo impresionante la deriva laicista de imposición ideológica que va tomando el mundo occidental, sin espacio a más ideas y reflexiones que las del pensamiento único, y las masacres que a diario se perpetran contra cristianos en el oriente medio y el lejano oriente.
El Brit Award sería en Gran Bretaña, lo que el Grammy en Estados Unidos: el Óscar de la música; una presea que añora cualquier cantante. No pocos de ellos tienen que lanzar varios intentos antes de que el público les regale su aplauso y las academias de música la ovación.
Uno de los diarios digitales más leídos en Iberoamérica es El Universal. Recientemente publicó un texto titulado Las culpas que se sanan vía electrónica. El artículo hacía referencia a la inminente posibilidad de confesar los pecados vía internet, según las declaraciones de un sacerdote, supongo que católico.
No dudo de las buenas intenciones de la autora al ofrecer una exposición de este tipo. El interés que suscita estos artículos suele ser amplia aunque no siempre los hechos coincidan con la realidad.
Algunas precisiones
Todo parecería indicarnos que la fe ya es cosa del pasado, una “superstición” superada. Nos invaden con películas y propaganda anticristiana –por no hablar propiamente de la persecución real contra los cristianos que mueren a diario a causa de su fe–, y además estigmatizan a los que creen: es decir, no es que haya precisamente un ambiente que propicie las conversiones. Y al catolicismo menos.
¿Es posible que una persona con sentimientos o incluso de práctica homosexual cambie? Todo indica que sí.
Juan Claudio Sanahuja revelaba en Noticias Globales (cf. 1.09.2009) que la UNESCO dio a conocer el 27 de agosto de 2009 la Guía de Educación Sexual para el Empoderamiento de los Jóvenes. En sus 98 páginas, el documento en el que también colaboró la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de las Naciones Unidas para la Población, se incita a enseñar a los niños de 5 años la masturbación, por ejemplo.
Sus profesiones son distintas y sus vidas también lo son. Viven en lugares diferentes y, de hecho, no se conocen. Pero en todos hay un elemento común que no deja de sorprender: su fe en Cristo que les ayuda a ver de una manera diferente la existencia y cada acontecimiento.
Ellos mismos lo han dicho y declarado y sus palabras y acciones se convierten en motivación para tantas personas para seguir profundizando en la relación personal con Dios.
Cuando la fe motiva a la superación
Grupo Milenio, un conglomerado mediático mexicano de relativa difusión en ese país, ha desplegado durante el verano de 2009 una campaña de autopromoción bajo el lema “el futuro del periodismo”.
La publicidad en televisión y en megacartelones próximos a avenidas muy transitadas en algunas de las principales ciudades del país ha girado en torno a un tema que podría parecer fuera de lugar pues se trata de un detalle clerical.