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Amalia Casado

Hilos invisibles para toda la vida

Hacía flores de pasta de papel, y pintaba cuadros y retratos. Iba a restaurar las pinturas de la iglesia de su pueblo. Restauraba viejas jarras de latón, o baúles, lo que fuera; y aún hoy me pongo abrigos y americanas que ella cosió cuando mi madre era más joven que yo hoy y aún no se había casado siquiera. Ella sabía hacer esas cosas bien para que duraran toda la vida. Es mi abuela. Era modista. Y madre, y esposa. Y abuela.