Al rescate de la liturgia
El Concilio Vaticano II preparó un denso e importante documento sobre la liturgia, titulado “Sacrosanctum Concilium”, que pretendía “proveer a la reforma y al fomento de la Liturgia” (n. 1).
El Concilio Vaticano II preparó un denso e importante documento sobre la liturgia, titulado “Sacrosanctum Concilium”, que pretendía “proveer a la reforma y al fomento de la Liturgia” (n. 1).
El mensaje de Dios al hombre necesita ser presentado a cada generación humana. Para ello, la Iglesia busca los mejores modos para explicar, en los distintos momentos de la historia, lo que vale siempre, lo que Dios desea comunicar a cada uno de sus hijos.
La laicidad de un estado es sana cuando son aceptados y promovidos valores básicos sin los cuales no hay auténtica convivencia social. La defensa de la vida, la justicia y la igualdad ante la ley, la protección de los débiles, el apoyo a la familia, la tutela del derecho al trabajo, son temas no negociables: ningún estado puede dejar de lado la defensa de los derechos humanos fundamentales.
Se dice rápido: el Papa cumple 80 años.
Quedan atrás años de aventuras, de ilusiones, de tristezas, de esperanzas. Los recuerdos se agolpan en la mente, las felicitaciones hacen presentes a corazones amigos, las ausencias dejan un sello de nostalgia.
¿Productos de la concepción?
Los niños acaban de salir de la escuela. Corren, en grupos desorganizados, hacia el parque. En un instante organizan sus juegos, en medio de un griterío lleno de entusiasmo.
El Evangelio es como una semilla. Cae en muchas tierras. En algunas arraiga y crece con vigor. En otras es sofocada, muere prematuramente.
Una vez crecida, la semilla evangélica puede perderse, porque hay plantas robustas que pierden sus raíces. Pero también puede conservar su vigor y multiplicarse en nuevas generaciones de creyentes.
¿Qué hay en el corazón de un hombre que explota un camión cargado de dinamita en un mercado lleno de personas sencillas? ¿Cuál ha sido la causa para que un grupo terrorista secuestre y asesine a cientos de niños inocentes o a los enfermos de un hospital? ¿Por qué ese deseo de sangre y de muertes en trenes llenos de pasajeros que no son culpables de las enormes injusticias de nuestro mundo?
Roberto regresó a casa fatigado y tenso. Después de una hora atascado en la calle, estaba de un humor insoportable.
Además, había tenido problemas para salir de la oficina, porque delante de su coche había otro muy mal colocado. Tardó 10 minutos en encontrar al propietario, al que hizo ver con dureza su enorme irresponsabilidad.
No es difícil encontrar pensadores y “expertos” que acusan a la Iglesia católica de dogmática y de intolerante. La Iglesia, según esta acusación, pretendería ser laúnica poseedora de la verdad sobre Dios y sobre el hombre, mientras que quienes pertenecen a otras religiones, o quienes son ateos, estarían equivocados.