Tomado del libro “Abrir ventanas al amor”
Una de las cosas más difíciles de definir es el concepto de “salud”. Bajo esta palabra caben ideas tan distintas como la de ausencia de dolores, perfecto funcionamiento de todos los órganos, armonía entre los niveles corpóreo y psíquico, etc. A cada definición podemos contraponer muchas preguntas, y así lo que podríamos considerar “salud” se convierte muchas veces en algo subjetivo, en un modo de sentirme bien, de creer que estoy en forma...
Hace 4 años dos jóvenes se casaron. El amor hizo que rompiesen las amarras de lo conocido y se lanzasen a la aventura emocionante del vivir juntos, con el compromiso del “para siempre” que sólo son capaces de dar los que se aman. Dos años después nacía una encantadora niña. Cuando la niña cumplía sus dos años, los esposos estaban separándose. ¿Por qué? Cuando le preguntaron eso al esposo y papá, respondió, no sin un deje de tristeza y de fracaso, con estas palabras: “No soy capaz de comunicar con mi esposa, no tenemos nada que decirnos”.