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dolor

Oración a Cristo doliente

Oración a Cristo doliente
No me mueve, mi Dios, para quererteel cielo que me tienes prometido;ni me mueve el infierno tan temidopara dejar por eso de ofenderte.Tú me mueves, Señor, muéveme el verteclavado en una cruz y escarnecido;muéveme el ver tu cuerpo tan herido,muévenme tus afrentas y tu muerte.Muéveme, en fín, tu amor, y en tal manera, que, aunque no hubiera cielo, yo te amara,y, que aunque no hubiera infierno, te temiera.

La llegada del dolor físico

La llegada del dolor físico 

1. CRISTO IRRADIA SALUD.

Según el testimonio unánime de los Evangelios, Jesús fue un hombre de gran capacidad emprendedora, resistente a la fatiga y realmente robusto Es un rasgo que le diferencia de otros célebres fundadores de religiones. Cuando Mahoma desplegó el estandarte de profeta, era un enfermo, de herencia sobrecargada y con el sistema nervioso en desequilibrio. Buda estaba psíquicamente deshecho y agotado cuando se retiró del mundo.