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O

Te Ofrecemos Señor

Te Ofrecemos Señor

Te ofrecemos Señor, nuestra juventud (bis)

Este día que amanece

entre cantos y alegrías

este día en que sentimos

Tú presencia en nuestras vidas.

Ilusiones y esperanzas

la alegría de vivir

todos juntos como hermanos

caminando hacia Ti.

El esfuerzo de los hombres

el dominio de la tierra

la llegada de Tu Reino

inquietud que se hace eterna.

Vino y pan hoy te ofrecemos

pronto se convertirán

en Tu cuerpo y en Tu sangre

Ojalá

Igual que el sol
que ilumina sin pedir explicación
igual que Dios
Dios eres tú y es ese sol que se durmió.

Ojalá, ojalá.

Y de la mentira
necesito siempre ir a lo real
de la locura a la paz
de mi carne a la libertad.

De lo irreal
necesito siempre ir a lo real
de la oscuridad a la luz
de la muerte a la inmortalidad.

Oración a la Virgen por la muerte de un hijo

 

Oración a la Virgen por la muerte de un hijo

Señora Mía

¡Qué dolor el tuyo!

¡Qué dolor el mío!

¡Qué dolor el de ambas!

¡Se nos ha muerto un hijo!

 

El tuyo más grande,

el mío pequeñito,

¡Los dos tan hermosos!

¡Un Dios y un niñito!

 

¡Qué dolor el tuyo,

entregarlo a los hombres;

qué dolor el mío,

entregárselo a Dios!

 

¡Qué alegría la tuya! ¡Me alegro por ti!

¡Vives ya con ellos! ¡Te abrazan al fin!

 

Óyeme, Señor Jesús

Óyeme, Señor Jesús

Óyeme Señor Jesús,

óyeme que quiero tu perdón

porque pequé, porque fallé, mi Señor

necesito que me des tu perdón.

Óyeme Señor Jesús,

óyeme que quiero tu perdón

porque pequé, porque fallé, mi Señor

necesito que me des tu perdón,

perdón, perdón.

Oye, Padre

Oye, Padre, el grito de tu pueblo.
Oye, Cristo, ven y sálvanos.

El pueblo gime en su dolor,
ven y sálvanos.
A Dios levanta su clamor,
ven y sálvanos.

El pueblo esta en la esclavitud,
ven y sálvanos.
El pueblo clama libertad,
ven y sálvanos.

Jesús será el liberador,
ven y sálvanos.
Su brazo es fuerza del Señor,
ven y sálvanos.

El pueblo empieza a caminar,
ven y sálvanos.
Vencida queda la opresión,
ven y sálvanos.

Oración de la unidad

Oración de la unidad

Tu gracia recibí, dulzura y luz
Yo nunca merecí tanto amor
mi vida renació, se iluminó
de la sombra pasé  a la luz.

Me abriste el corazón con tu perdón
mi pecho se inflamó en el ardor
con que tu gracia Señor, mi dolor curó
ya nunca tuve más temor.

Tardamos en captar el mensaje de amor
que Tú nos enseñaste en la cruz.
Dos mil años de error, veinte siglos de horror y la verdad triunfó.

Oración de San Ignacio

Tomad, Señor y recibid
toda mi libertad, mi memoria,
entendimiento y voluntad.
Tomad, Señor y recibid.
Vos me lo disteis,
a vos Señor lo torno,
todo es vuestro, disponed
conforme a vuestra voluntad.
Tomad, Señor y recibid.
Dadme vuestro amor y gracia,
que esto sólo me basta.
Tomad, Señor y recibid.

La oración

Te suplicamos Señor
que manifiestes tu bondad
salva a todos cuanto sufren
la mentira y la maldad
Ten piedad de los humildes
a los caídos levanta
hasta el lecho del enfermo
acerca tu mano santa.
Entra en la casa del pobre
y haz que su rostro sonría
para el que busca trabajo
se Tú fuerza y compañía.

Otra vez junto a ti

Otra vez junto a ti

Otra vez junto a Ti,
hoy no quiero pedirte,
hoy no quiero sentir
que estas lejos, más allá,
porque se que tú eres de esta tierra,
tú eres de aquí.

Quiero que haya esta vez
simpleza en mis palabras
y que mi alma vibre
en ellas al nombrarlas,
para impregnar de ti cualquier cosa,
no hace falta poesía.

Pero yo quiero verte más
al lado del que sufre.
Quiero poder sentir
el peso alivianar.
Yo quisiera pedir...
sólo poder mostrarte.

Lograrás que la unión de mis manos
sea más que canto

Oración de Santo Tomás Moro

Oración de Santo Tomás Moro

Dios Glorioso, dame gracia para enmendar mi vida y tener presente mi fin sin eludir la muerte, pues para quienes mueren en Ti, buen Señor, la muerte es la puerta a una vida de riqueza.

Y dame, buen Señor, una mente humilde, modesta, calma, pacífica, paciente, caritativa, amable, tierna y compasiva en todas mis obras, en todas mis palabras y en todos mis pensamientos, para tener el sabor de tu santo y bendito espíritu.