Oración de Confianza
Oración de Confianza
En tu poder
y en tu bondad
fundo mi vida;
en ellos espero confiando como niño.
Madre Admirable,
en ti y en tu Hijo
en toda circunstancia
creo y confío
ciegamente.
En tu poder
y en tu bondad
fundo mi vida;
en ellos espero confiando como niño.
Madre Admirable,
en ti y en tu Hijo
en toda circunstancia
creo y confío
ciegamente.
Concédeme, Señor, la gracia del buen humor
Los santos fueron santos, pero también fueron alegres.
Santa Teresa de Jesús decía: "Un santo triste es un triste santo".
No me imagino a Jesús serio, ni a María.
Hubo mucha seriedad en mi vida, demasiada formalidad.
Señor, dame una buena digestión, pero también algo para digerir.
Dame la salud del cuerpo y el buen humor, necesario para mantenerla
Dame, Señor, un alma sencilla que sepa sacar provecho de todo lo que
es bueno y no se asuste cuando vea el mal, sino mas bien que se
encuentre el modo de poner las cosas en su puesto.
Madre mía Celestial
qué me tienes reservado
no sé si es dolor o alegría,
pero sé que en este día
en que me siento agotada
sólo pienso en tu Hijo
que llevó su Cruz a cuestas,
que cargó todo el dolor
sin expresar una queja.
Cuánto sufrió Jesús
por el mundo y sus pecados,
y también pienso por Ti
tu dolor no se compara,
nada ni nadie en la tierra
sufrió lo que Tu sufriste.
Y siento que yo Virgen mía
Hoy llego a ti, Señor,
sin flechas, sin oro, ni incienso;
roto y cansado del viaje,
enlodado de sombras y lejos del cielo.
Loco con mis pesares,
casi sin fe y esperanza vengo;
cruzando lomas y valles,
peregrina mi alma sin dueño.
¿Dónde está el arroyo fresco?
¿Dónde yace la fuente cristalina?
¿Dónde la luz que alumbró mi vida?
¿Dónde el bálsamo para mi herida?
Guárdame oh Señor, de la insignificancia,
que seamos amplios en el pensamiento,
la palabra y el acto.
Que eliminemos la crítica y nos apartemos
el egoísmo.
Permítenos alejar toda ostentación y encontrarnos
con el otro cara a cara sin lástima ni prejuicios.
que no juzguemos apresuradamente
y seamos siempre generosos.
Que nos tomemos tiempo para todos las cosas,
Permítenos crecer calmos, serenos, mansos.
JESUCRISTO:
¡Qué alegría!
saber que estás de mi parte,
haga lo que haga,
Jesucristo, por tu amor.
¡Qué alegría!
sentir que me aceptas como soy,
y que no necesitas que me justifique,
Jesucristo, por tu amor.
¡Qué alegría!
comprobar tu fidelidad inagotable,
inamovible como la Roca,
Jesucristo, por tu amor.
¡Qué alegría! poder decirte "Te quiero",
y tú creértelo a pesar de todo,
Jesucristo, por tu amor.
Señor y Dios mío te doy gracias, por todos los dones que me has regalado a lo largo de toda la vida y por los favores y todas las gracias que hoy he recibido de tu bondad, así como por todo cuanto de bueno haya hecho, pues sé que cuanto de bueno hay en mí, es obra de tu amor.
Gracias, Padre bueno, por mi familia.
Gracias por mis mayores que tantas cosas buenas me dejaron: casa, ahorros, formación, trabajo, costumbres, tradiciones…
Gracias, particularmente, por la fe cristiana que también me pasaron.