Oración de los Jóvenes
Oración de los Jóvenes
Señor y Dios mío, en quien creo, en quien espero, y a quien adoro y amo con todo mi corazón, te doy gracias por haberme creado, redimido y hecho cristiano. Te ofrezco mis pensamientos, palabras y obras de este día, para tu gloria, en penitencia por mis pecados y en sufragio de las almas del purgatorio. Te los ofrezco especialmente por eso que tú sabes que más me preocupa en este momento de mi vida. Dame tu gracia para servirte fielmente, y protégeme de todo mal. Amen.
Madre, ruega e intercede por mí, delante del Señor durante toda esta noche y por toda mis familiares y conocidos; también por tantos pobres que no tienen que comer y dormirán en la calle, por tantos niños y adolescentes solos y abandonados, por tantos jóvenes que estarán en peligro; por todas las personas mayores, por todos los enfermos, agonizantes y moribundos, por todos los sacerdotes, llena su soledad con tu amor.
Señor Jesucristo, Hijo de Dios, que quisiste tener una madre en la tierra, la Virgen María; mira con ojos de compasión a tu sierva N..., a quien has llamado del seno de nuestra familia.
Y por intercesión de Santa María de Guadalupe, bendice el amor que siempre nos tuvo en la tierra, y haz, que desde el cielo, pueda seguir ayudándonos. Toma bajo tu protección misericordiosa a nosotros a quienes ella ha tenido que abandonar en la tierra. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
Al concluir, Señor un día más,
me confío a Tí por entero:
mis progresos y mis fallos,
mis sentimientos y mis dudas,
mis afectos y mi desconsuelo.
Dame paciencia, Señor, a pesar
de las preocupaciones que me asaltan,
dame valor para cambiar en mi vida
lo que debo cambiar;
dame serenidad para aceptar
lo que no puedo cambiar.
Te doy gracias, Señor,
por cuanto hacen los demás para ayudarme.
Padre mío, ahora que las voces se silenciaron
y los clamores se apagaron, aquí al pie de la cama
mi alma se eleva hasta Tí, para decirte:
Creo en Tí, espero en Tí, te amo con todas
mis fuerzas, Gloria a Tí Señor.
deposito en tus manos, la fatiga y la lucha,
las alegrías y desencantos de este día
que quedó atrás.
Te suplicamos, Señor, que visites esta habitación:
aleja de ella las asechanzas del Enemigo;
que tus Santos Ángeles habiten en ella,
que nos guarden en paz y que tu bendición
permanezca siempre con nosotros.
Por Cristo Nuestro Señor.
Amén.
Señor y Dios mío, en quien creo, en quien espero y a quien adoro y amo más que a todas las cosas, te doy gracias por todos los beneficios que he recibido de tus manos en este día.
Te pido perdón por mis ingratitudes y faltas, y con profunda humildad me encomiendo a tu infinita misericordia. Amen.
Dios mío, a ti vengo al final de otro día,
para ofrecerte el amor de mi corazón.
Creo en Ti porque eres la Verdad misma;
espero en Ti porque eres fiel a tus promesas;
te amo de todo corazón y por Ti amo a mi prójimo como a mi mismo.
Me formaste de la nada; entregaste a Tu Hijo amado a morir en la Cruz para obtener mi salvación;
me hiciste miembro de tu Santa iglesia;
Así como nuestro primer pensamiento del día debe ser para Dios, también debe serlo el último. No se te pase nunca por alto la oración de la noche, antes de acostarte.