Gloria Nortino
Gloria Nortino
Gloria a Dios en las alturas
y en la tierra paz a los hombres,
paz a los hombres que ama el Señor.
Te alabamos, Oh Señor,
te bendecimos, Oh Señor,
te glorificamos, Oh Señor,
te damos gracias, Oh Señor
Gloria a Dios en las alturas
y en la tierra paz a los hombres,
paz a los hombres que ama el Señor.
Te alabamos, Oh Señor,
te bendecimos, Oh Señor,
te glorificamos, Oh Señor,
te damos gracias, Oh Señor
Gloria, Gloria
a Jesús, el Señor.
Gloria a su cruz,
Gloria a Jesús.
Gloria a su Santa
Resurrección.
Yo veo en la cruz
brillar una luz
cada día.
Y pienso que amar
es siempre buscar
lo que es vida.
Aquello mejor
que lleva su don...
a escondidas.
Se esconde la flor,
se cuida el amor
entre espinas.
Molienda y afán
preparan el pan
con su miga.
Yo creo en la cruz
que amasa Jesús...
Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres.
Te alabamos, te bendecimos,
te glorificamos, te damos gracias
por tu inmensa gloria.
Señor Dios Rey celestial
Dios Padre, Todopoderoso.
Señor Hijo único Jesucristo
Señor Dios, Cordero de Dios
Hijo del Padre.
Tú que quitas el pecado del mundo
ten piedad de nosotros.
Tú que quitas el pecado del mundo atiende nuestra súplica.
Tú que estás sentado a la diestra del Padre.
Ten piedad de nosotros.
Gloria a Dios en el cielo,
mucha paz en la tierra.
Te alabamos, te bendecimos,
te adoramos, te glorificamos,
te damos gracias
por tu inmensa gloria.
Tú, Señor Dios, Rey celestial,
Padre poderoso.
Tú, Jesucristo, Cordero de Dios,
Hijo del Padre.
El único Santo, sólo Tú, Señor,
sólo Tú, altísimo.
Tú, Jesucristo y Espíritu Santo,
en la gloria del Padre
Gloria, gloria a Dios, alabanzas,
él nos cuida con amor.
Gloria a Dios, gloria a Dios.
Padre, queremos alabarte,
con Cristo agradecerte la vida juvenil, imagen de tu ser.
Cristo, amigo siempre joven,
que junto con María, la madre virginal, compartes nuestro andar.
Santo Espíritu de Dios,
que infundes fuerzas nuevas a nuestra juventud y creas el amor.
Gloria a Dios, gloria a Dios, gloria al Padre (asamblea repite).
A Él sea la gloria (asamblea repite).
Aleluya, amén (asamblea repite).
Gloria a Dios, gloria a Dios, gloria al Hijo (asamblea repite).
Gloria a Dios, gloria a Dios, gloria al Espíritu (asamblea repite).
Soy un grano de arena que alaba a Dios,
una gota de lluvia que alaba al Señor
un puñado de sal de un salar,
una gota de agua en el mar,
necesito alabar la grandeza de Dios.
Una estrella en la inmensidad,
un minuto en la eternidad,
me pregunto quién soy yo ante el poder de Dios.
Como río que corre buscando el mar,
como abeja en su viaje buscando el panal,
así busco en mi vida al Señor
y al hermoso destino final
algún día veré la grandeza de Dios.
Gracias, Señor,
por la alfombra de hierba
que pisa mi pie, gracias Señor.
Por la miel de la abeja y el canto del ave
por las cosas bellas que mis ojos ven.
Por la espiga, el fruto y la flor,
gracias Señor,
por el agua la luz y el calor.
Oh buen Señor,
no soy digno de merecer
este nuevo amanecer, gracias Señor.
Oh buen Señor,
este canto de juventud
son versos de gratitud
(Homilía pronunciada el 25–V–1969, fiesta de Pentecostés.)
La fuerza del Espíritu Santo
La guerra más peligrosa no es la que se realiza contra un enemigo concreto, con fronteras claras, con uniformes distintos, con soldados de un lado o del otro.
La guerra más peligrosa es la que se vive cuando no está claro quién es el enemigo, ni por dónde viene, ni cuántos son, ni si está dentro o fuera de la ciudad o incluso de la propia casa.