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Dios nuestro, fuente y origen...

Dios nuestro, fuente y origen...

Dios nuestro, fuente y origen de todos los dones celestiales, tú que uniste en San Luis Gonzaga una admirable pureza de vida con la práctica de la penitencia, concédenos por sus méritos e intercesión, que los que no hemos podido imitarlo en la inocencia de su vida lo imitemos en su espíritu de penitencia.  Por nuestro señor Jesucristo tu Hijo, quién contigo vive y reina en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

 

Amén.

Dios Nuestro 1

Dios nuestro

Dios nuestro, aunque continuamente realizas la salvación de los hombres, sin embargo, concedes a tu pueblo gracias más abundantes en este tiempo de Cuaresma; dígnate pues mirar con amor el esfuerzo cuaresmal de tus elegidos y concede tu ayuda tanto a los catecúmenos que van a recibir el bautismo, como a tus hijos que ya lo hemos recibido.  Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, quién contigo y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos.

 

Amén

Dios Nuestro 2

Dios nuestro

Dios nuestro, que, para librarnos del poder del enemigo, quisiste que tu Hijo muriera en la cruz, concédenos alcanzar la gracia de la resurrección. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, quién contigo vive y reina en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

 

Amén.

Dios misericordioso 1

Dios misericordioso
 

Dios misericordioso, ilumina los corazones de tus hijos que tratan de purificarse por la penitencia de la Cuaresma y, ya que nos infundes el deseo de servirte con amor, dígnate escuchar paternalmente nuestras súplicas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, quién contigo vive y reina en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

 

Amén.

Señor y Dios nuestro

Señor y Dios nuestro

 

 

 

Señor y Dios nuestro,
te doy gracias porque
eres un Padre bueno
con todos tus hijos,
y todas tus criaturas.

 

Yo te debo todo; la vida,
la salud, la familia,
la presencia de tu santo
Espíritu en mí;
por eso te estoy
eternamente agradecido,
porque cada instante
de mi vida,
es un don de tu amor.

 

De la mano de San Pablo

Coincidiendo con la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, hace un año se inauguraba el Jubileo del Año Paulino, convocado por Benedicto XVI con motivo del dos mil aniversario del nacimiento del “Apóstol de los gentiles”. Llegado el momento de su clausura, damos gracias a Dios porque, pasados estos doce meses, nos hemos familiarizado más con la vida y el legado espiritual de San Pablo, cuyas Cartas escuchamos con tanta asiduidad en las Eucaristías dominicales.

Dios misericordioso 2

Dios misericordioso

Dios misericordioso, fuente y origen de nuestra salvación, haz que, mientras dure nuestra vida aquí en la tierra, te alabemos constantemente y podamos así participar un día en la alabanza eterna del cielo.  Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo, quién contigo y el Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos.

Amén.

Dios mío, estoy contento

        Dios mío, estoy contento

        Dios mío, estoy contento porque Tú me amas,
        no obstante mi indignidad.

        Dios mío, estoy contento porque te amo,
        no obstante mi miseria.

        Dios mío, estoy contento porque puedo alguna vez,
        no obstante mi nada, hacer que te amen.

        Dios mío, estoy contento porque puedo sufrir
        algo por tu amor.

Dios mío, creo en Ti

Dios mío, creo en Ti.

Dios mío,
creo en ti,
espero en ti,
te amo sobre todas las cosas
con toda mi alma,
con todo mi corazón,
con todas mis fuerzas;
te amo porque eres infinitamente bueno
y porque eres digno de ser amado;
y, porque te amo, me pesa de todo corazón haberte ofendido:
ten misericordia de mí, pecador.
Amén.