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Curanderismo

Curanderismo

Dentro de los terrenos de Satanás se encuentra el "curanderismo", el cual es una mezcla (sincretismo) de fe con medicina herbórica (la cual no es mala) y prácticas supersticiosas (amuletos y talismanes). Se presume que mediante el rezo de ciertas oraciones acompañadas de hierbas, comidas o bebidas, o el uso de algunos objetos, la persona puede obtener la salud. Recordemos que nada ni nadie puede condicionar a Dios, que es libre y no se condiciona por nuestras prácticas religiosas.

Celibato

Celibato

En un principio de la Iglesia, ni los diáconos, ni los sacerdotes, ni los obispos debían permanecer solteros (célibes). Será hasta el siglo IV cuando este carisma se desarrollará en la Iglesia principalmente orientado a la Evangelización. Ya Jesús había dicho que algunos permanecerían célibes, por causa del Reino de los Cielos (Mt 19,12). Es decir, que es tanto el trabajo pastoral, sobre todo cuando hay que iniciar una comunidad (como es el caso de las misiones), que Dios ha concedido a su Iglesia el don del "Celibato por el Reino".

Cuaresma y la ascésis

Cuaresma y la ascésis  

La Cuaresma, ha sido siempre considerada en la Iglesia como un tiempo propicio para crecer en la santidad dejando que Dios purifique, mediante nuestra oración, nuestros corazones. Ha sido, al mismo tiempo, un espacio en la vida del cristiano para reforzar su vida penitencial o ascética, sin la cual difícilmente permitirá que Dios lo lleve a conocer la perfección de su amor.

Corpus Christi

Corpus Christi

Después de la Pascua, la Iglesia recuerda y celebra la institución de la Eucaristía y la presencia perenne de Cristo entre nosotros. Podríamos decir que principalmente desde el Medievo se ha iniciado la veneración de la Eucaristía para destacar la realidad de la presencia de Cristo principalmente bajo la especie del pan. Antes de esto, la Eucaristía solamente se tenía para la comunión y se reservaba en los sagrarios para la comunión de los enfermos.

El Camino vino a nuestro encuentro

Perdidos. Quizá en un bosque, en los campos, o entre las calles de una gran ciudad. Perdidos. En medio de los ruidos, la música, las fiestas y la gente. Perdidos.

Una luz brilla en el horizonte, o encima del humo. Algo, alguien nos dice que la vida es algo más que inquietudes, placeres y fracasos. Algo, alguien, nos susurra que no nacimos para rellenar papeles, teclear ante una pantalla o ajustar clavos.

El cielo en la tierra

El mundo se hace más luminoso, más bello, cuando vivimos según el querer de Dios. Porque al vivir según Dios traemos un “poco de cielo” a la tierra.

“La tierra llega a ser «cielo» si, y en cuanto que, en ella se realiza la voluntad de Dios”, escribe Benedicto XVI en su libro “Jesús de Nazaret”. Puesto que, recuerda el Papa, “la esencia del cielo consiste en ser una sola cosa con la voluntad de Dios, la unión entre voluntad y verdad”.

El cielo y la tele

Por un momento nos dedicamos a “canalear”. Canal 1: noticias. Canal 2: una película del Oeste. Canal 3: un programa sobre el arte colonial. Canal 4: un “reality show”. Canal 5: un concurso de canciones. Canal 6: una telenovela. Canales 7, 8, 9: publicidad...

El dedo pasa de una tecla a otra, la televisión cambia de imágenes y de sonidos. Por más que vamos hacia atrás, hacia delante, no encontramos nada, absolutamente nada, sobre el cielo...

El cambio climático y la oración del campesino

<h1>El cambio climático y la oración del campesino</h1>

El clima ha cambiado miles de veces a lo largo de la historia. También ha cambiado, y mucho, nuestro comportamiento ante las lluvias fuera de tiempo, el calor en un día de invierno o un frío extraño en el verano.

Antes los pueblos rezaban a Dios para pedirle que enviase la lluvia que no llegaba, que impidiese el frío que destruía las cosechas; o rezaban también para dar gracias a Dios por el sol que brilló tanto que la cosecha fue más abundante y más sabrosa que nunca.

El camino del grano de trigo

Pasa más a menudo de lo que imaginamos. Un corazón busca a Dios, quiere servir a sus hermanos, estudia el Catecismo, lee escritos de grandes santos. Dedica tiempo a la oración, va a misa los domingos y varios días entre semana, empieza a rezar el rosario o a hacer otras oraciones de la espiritualidad cristiana. A pesar de todo, está inquieto. Como si su esfuerzo espiritual no valiese nada; como si estuviese ante un muro de silencios que le deja confundido, perplejo, lleno de zozobras.