El Adviento
El Adviento
A. SIGNIFICADO DEL ADVIENTO.
1) Etimológicamente: se deriva del latín “adventus”; que significa “venida”.
A. SIGNIFICADO DEL ADVIENTO.
1) Etimológicamente: se deriva del latín “adventus”; que significa “venida”.
Enrique VIII,
rey de Inglaterra del 1509 al 1547, no consiguiendo del
Papa Clemente VII la anulación del matrimonio con su
legítima esposa, Catalina de Aragón, para casarse con
Ana Bolena, el Papa se rehusó con toda razón, fiel al
mandato de Cristo: "Lo que Dios unió, no lo separe
el hombre" (Mc 10,9) Proclamó la independencia de
la Iglesia Anglicana con Roma, declarándose Unico y
HISTORIA
El pueblo llama " aleluyas a los "pentecostales", las "asambleas de Dios" y las "iglesias de Santidad" y a otras agrupaciones protestantes, por repetir continuamente "aleluya" en sus reuniones.
Estos grupos tienen como fundadores a predicadores populares, llenos de entusiasmo y emoción que empezaron a organizarse en los Estados Unidos en el año de l867.
ORGANIZACION
Se considera una "reforma en la reforma protestante".
Luis Antonio Romero,
chileno, procedente de Bolivia y Argentina llega a Tacna
y luego Lima en 1975 para anunciar a la humanidad la
proximidad del juicio final. Soto afirma que recibe
"Revelaciones Divinas" en cada país. En Perú
es conocido y promovido por Antonio Córdoba Quesada.
Este considera a Soto como Cristo reencarnado, ya que
muchas de sus acciones aparecen como "divinas".
HISTORIA.-
El advenimiento se hubiera acabado, con el doble fracaso de sus predicciones y la muerte de su fundador, si no hubiera intervenido la Sra. Ellen Harmon de White (1827-1915), que revitalizó sus teorías, fundando la "Iglesia de las Adventistas del Séptimo Día". En Michigan, Estados Unidos en mayo de 1863.
América cristiana
Fecha memorable:
Juan Pablo II se hizo navegante del aire,
en dirección a Santo Domingo,
haciendo escala de devoción
en el Pilar de Zaragoza.
Vino a abrir las puertas del nuevo mundo;
puertas a medio cerrar
por el viento de los problemas sociales y religiosos
de cinco siglos.
Vino a decirle a la América católica,
lo que dijo otra ocasión a Europa:
-“Se tú misma, descubre tu identidad,
que no es otra que el cristianismo”.
De tanto llorar
se me han vuelto de piedra los ojos.
De noche, al acostarme,
lloro por esa fe que no tengo,
que no tengo y quisiera tener.
Esta tarde escuché estas palabras de un santo:
“He aguantado y aguanto a los sesenta y nueve años,
luchando, sufriendo lo indecible,
porque hay una fuerza que me sostiene en pie:
El amor.
Se lo digo por si les sirve”.