Sinforosa y sus siete hijos, Mártires
Julio 18
Etimológicamente significa “acompañante”. Viene de la lengua latina.
Ninguno que sea probado, diga: es Dios quien me prueba; porque Dios ni es probado por el mal ni prueba a nadie.
Es un error entre algunos creyentes muy cumplidores pero, en el fondo, personas de poca fe. Dios quiere el bien de todos, no el mal. ¿Cuándo te vas a enterar?
Medita hoy la vida de esta santa Sinforosa.
El rey de Siria Antíoco había perseguido cruelmente a los judíos observantes.
Una madre, buena y cariñosa como todas las madres, animaba a sus siete hijos a que dieran sus vidas por el Señor antes que hacerle caso a los tiranos.
Este ejemplo de los Macabeos se volvió a repetir en el siglo II: Esta mujer recogió los cadáveres de sus siete hijos martirizados por no renegar de su fe en Cristo.
Tras esta buena acción, se retiró a Tívoli para estar tranquila y educar a sus hijos.
Viendo el peligro que corrían, se refugió en una especie de Catacumbas, en las que estuvo siete meses.
Le hablaba a sus hijos del ejemplo de su padre que había muerto mártir, san Getudio.
Llegó el momento difícil. Los cogieron y los llevaron al anfiteatro para diversión de la chusma.
El hijo pequeño le dijo a la madre:"No temas, mamá, que antes me dejaré hacer pedazos que adorar a los demonios". El emperador Adriano mandó llamar a la viuda cristiana. Le recordó la muerte de su marido y la futura de sus hijos y de ella misma si no adoraba a los dioses. Su fortuna consistía en seguir la suerte de su marido. Los llevaron al templo de Hércules. Y ante la multitud exclamó:"Animo, hijos, muramos por el Señor".