Santos Mártires de Tiro
Mártir, 20 de febrero
Etimológicamente significan “testigos”. Vienen de la lengua latina.
En medio de una civilización que exalta el éxito y el consumo, entregando al ser humano al aislamiento y a la resignación, por todos lados se van haciendo visibles signos de una civilización diferente, la civilización del amor auténtico.
Murieron por crear la civilización nueva de Jesucristo en el año 302-310.
Según el historiador de aquellos tiempos, Eusebio, "algunos cristianos de Egipto se establecieron en Palestina y otros en Tiro".
Todos manifestaron ante todo el mundo una prueba impresionante de su fe.
Tras muchas tribulaciones, que llevaron con calma y constancia, los expusieron ante bestias salvajes: leopardos, osos y toros. “Yo estaba presente cuando estas bestias no les hacían nada en lugar de devorarlos. Es más: ni siquiera se les acercaban y se echaban a sus pies".
Esto ocurrió solamente con los creyentes en Cristo. Y no solamente esta vez, sino otras que estuve presente pude ver lo mismo.
Era la admiración de todos los asistentes.
Muchos de los mártires eran jóvenes; entre había uno que no tendría más de 20 años.
Tenía su mirada dirigida al cielo y sus brazos extendidos en forma de cruz pero sin temblar ni con aspecto de tener miedo.
A este parecía que le iban a atacar las fieras, pero se retiraron antes de hacerle daño.
Otros eran expuestos ante toros. Estos, en lugar de atacarlos con sus cuernos, lo que hacían era levantar el polvo del anfiteatro.
Después de muchas pruebas, las autoridades enfurecidas, mandaron que les cortasen la cabeza y que arrojaran sus cuerpos al mar.
Esto tuvo lugar en el año 304 bajo las órdenes del general Veturio.