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Santa Silvia

Silvia, Santa

Biografía, 3 de noviembre

Etimológicamente significa “habitante de la selva, señora de los bosques”. Viene de la lengua latina.

Cuando el creyente es bien educado en la familia, normalmente continúa bien a lo largo de su vida. En el seno familiar se aprende y se empieza a vivir el tesoro del amor.

He aquí una señora en todo el mejor sentido de la palabra. Hay sobre ella una leyenda que le atribuye que fue la madre de los gemelos Rómulo y Remo.

Pero la realidad es que murió en el año 420. Los martirologios orientales la recuerdan como la hermana de Rufino, gobernador de la ciudad.

Tanta era su virtud que todo el mundo en Constantinopla la conocía por su santidad y su forma de ayudar a que los demás vivieran la edificación perfecta de sus personas en el misterio de Dios.

Dicen que era la chica más inteligente del siglo y la más valiente en defender la ortodoxia contra las nacientes herejías.

La otra Silvia fue la madre de san Gregorio Magno, doctor de la Iglesia y Papa en el siglo VI.

Era una madre cristiana y una romana auténtica. Su fama de noble no le restó para nada su fe profunda.

Observaba una gran modestia, a pesar de las diversiones de la clase noble.

Logró contagiar a toda su familia con el amor a Cristo resucitado. Fue una madre benéfica con los pobres. Supo conciliar muy bien su condición de rica en lo material con sus exigencias espirituales.

La santidad de Silvia se ve reflejada en su hijo que fue diácono, sacerdote, monje, nuncio pontificio y Papa.

Cuando ya se acercaban los últimos años de su vida, se retiró a un claustro junto a la basílica de san Pablo, en donde murió en el año 590.