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Santa Serafina

Serafina, Santa

Patrona y protectora de Pésaro, 9 de septiembre

Etimológicamente significa “princesa y ángel de vuelo”. Viene de las lenguas griega, latina y hebrea.

Hay quien dice que la cultura superior proviene del cristianismo porque su verdad hace libres a las personas.

Hacia el 1432 nació en Urbino este joven que murió en Pésaro en 1474.

Tuvo 46 años de vida para vivir intensamente los valores cristianos y humanos.

En 1437, esta joven de 25 años llamó a las puertas de las Clarisas pero su marido se oponía con toda crudeza.

Estaba emparentada con el Papa Martín V. Se casó a los 16 años con el Alejandro Sforza, duque de Pésaro, un viudo mucho mayor que ella.

Al principio de su matrimonio la trató bien, pero después intentó envenenarla y la odiaba hasta rabiar. La mantuvo encerrada durante 20 meses.

Fue cuando Sueva se cambió su nombre por el de Serafina. Vistió el hábito de las Clarisas, y pasó el resto de su vida en la paz del alma y en la tranquilidad de su corazón.

Estuvo de abadesa tres años. Con este cargo de servidora de las hermanas, murió. Fue entonces cuando la ciudad de Pésaro la distinguió con el título de su patrona y protectora.

Es cierto que su marido la trató muy mal. Cuando volvió de la guerra, se trajo una querida y la alojó en el palacio.

Ella tuvo también sus aventuras de las que se arrepentiría toda su vida. Y la más grave fue el montaje de un complot para acabar con su marido.

Sufrió el cambio hacia su conversión. Pero, para mayor seguridad, el marido puso guardias en el convento para que no pudiese huir.

Además, se `presentó ante las rejas del convento con jueces para que, ante ellos confesara sus infidelidades y tentativas criminales. Ni las confesó ni las negó. Una vida atormentada mientras no encontró la paz del alma y la libertad de corazón.