Querubin Testa, Santa
Sacerdote, 16 de diciembre
Etimológicamente significa “protección espiritual”. Viene de la lengua hebrea.
Una de las constantes del creyente es que sabe mantener el espíritu de la infancia en su alma.
Espíritu de infancia no quiere decir nada de infantil. En la edad adulta mantiene vivos el asombro y la sencillez.
Nació cerca de Turín en 1451 y murió en la misma ciudad en 1479.
Todas sus ansias espirituales las dejó a medias porque el Señor lo llamó muy joven a su presencia divina.
Llevaba tan sólo nueve meses de sacerdote, y ya tan de joven manifestó ante todos un espíritu de obediencia impecable, una pureza de vida maravillosa y una profunda devoción por la Pasión del Señor.
Cuando el Papa Pío IX aprobó que se le diera culto, todo el mundo reaccionó con suma alegría, sobre todo en Avigliana y alrededores.
Se narra como cosa curiosa que cuando dio el último suspiro, todas las campanas comenzaron a tocar de forma prodigiosa anunciando el paso de esta vida a la eternidad de Querubín.
Cuando pasó algún tiempo, abrieron el sepulcro en que fueron depositados sus restos mortales.
Y lo más curioso del mundo: de su corazón – en el que siempre había llevado un lirio – había otro florecido milagrosamente de su corazón.
Todos estos prodigios y muchos otros, dieron pábulo a que la gente comenzase a hablar de la santidad de Querubín.
Su culto adquirió en seguida una gran fama y se extendió como un río de pólvora por todos sitios.
Por eso, al recordar hoy a este santo, toda la ciudad celebra su fiesta con gran solemnidad.
Vivió su infancia espiritual de forma especial.
Cada instante de su vida fue un puro homenaje a Dios y a la humanidad que no se corrompe con las malas costumbres. Murió a los 28 años.
¡Felicidades a quien lleve este nombre!
“Los hombres ponemos el infinito en el amor. Las mujeres nunca cometen esta equivocación” (A. France).