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Santa Paula Montal

Fundadora, 26 de febrero

Etimológicamente significa “pequeña”. Viene de la lengua griega.

Si vives unido a Cristo, brotará en ti una fuente de júbilo. No la euforia, ni una alegría cualquiera, sino ese gozo que proviene directamente de las fuentes de la Eternidad.

La vida de esta joven abarca casi todo el siglo XIX, el siglo de las convulsiones políticas y sociales. Es curioso que en este turbulento siglo, el Señor suscitó más congregaciones religiosas que nunca.

Vino al mundo en la preciosa ciudad Arenys de Mar el 11 de octubre de 1799.

Su familia era muy religiosa y, por tanto, le dio a su hija una formación firme en los valores humanos y cristianos. Participaba en la vida de la parroquia, ayudaba a su madre en el trabajo, le tenía una honda devoción a la Virgen.

Cuando se hizo joven, marchó a Figueras y de aquí a Gerona, en donde comenzó su labor fundando una escuela con su amiga Inés Busquets.

Nacía, pues, una nueva educación integral, la formación de las chicas para promocionarlas ante una sociedad.

Al fundar la congregación, impuso un cuarto voto: la enseñanza.

En Sabadell le dio consistencia a su obra, fijándose en san José de Calasanz. Los padres escolapios Jacinto Felíu y Agustín Casanovas la orientaron y le dieron una estructura canónica escolapia a la naciente Congregación.

Fue aquí donde empezó a tener pujanza y vida las nuevas hermanas que emiten ya aquí los votos religiosos.

En Olesa de Montserrat hizo en vida la última fundación personal. Las características claves de esta santa son: la espiritualidad calasancia y el carisma educativo, encaminado ala formación integral humano cristiano de la mujer.

Su congregación se llama Hijas de María o Religiosas de las Escuelas Pías. Hoy son más de 800 religiosas en 19 naciones con unas 30.000 alumnas. Murió en 1889.

Juan Pablo II la proclamó santa en septiembre de 1993.