Oportuna, Santa
Abadesa, 22 de abril
Etimológicamente significa “presta, preparada”. Viene de la lengua latina.
Cuando la persona se encuentra vacía de valores interiores, aunque tenga mucha pasta, no se siente realizada. Algo de insatisfacción reina en su corazón que le hace pensar mucho.
Esta joven, muerta en Almenèches, Francia, en el año 770, es todo lo contrario de la gente vacía.
Su hermano era el santo Crodegan, obispo de Sées.
Cuando ella llegó a su juventud, pensó que lo fundamental para vivir de acuerdo con su proyecto de vida, lo mejor- repetía - era consagrarse a Dios.
Se lo comunicó a su hermano porque quería que fuera él quien le impusiera el velo de vírgenes.
Ya en el convento brilló por su bondad y fervor.
Las hermanas religiosas la eligieron pronto su abadesa o superiora.
A los pocos meses hizo dos milagros que dejaron a todos alucinados. Uno fue con un campesino que había robado el burro del convento. No quería soltarlo porque decía que lo había comprado y pagado.
Oportuna se puso a rezar. Al día siguiente, el ladrón vio su prado recubierto de un tapiz blanco, es decir, infértil para mucho tiempo.
Esto le hizo recapacitar. Entonces devolvió el burro, y además les regaló el prado. Desde entonces se llama “el Prado sucio”.
El mismo año, una bandada de pájaros invadió el país y se comieron todos los cereales y frutales.
Oportuna les hizo ver que iban a caer prisioneros. Al verlos, les reprochó su mala conducta y los dejó irse.
Pero en lugar de salir, volaron a su alrededor durante un tiempo y cantando su arrepentimiento. Todos los destrozos que habían causado, se repusieron en seguida.
Murió triste ante la muerte trágica de su hermano, asesinado por un primo que quería sucederle como obispo. Ella murió trece días después.