Odilia, Santa
Patrona de Alsacia, 13 de diciembre
Etimológicamente significa “dote matrimonial”. Viene de la lengua alemana.
La confianza de la fe no nos hace irresponsables. Al contrario: una comunión con Cristo abre a la audacia de las responsabilidades.
En contra de la creencia de muchos, la fe nos “moja” por hacer un mundo mejor, más justo y abierto a todas las realidades, incluida, por supuesto, la cristiana o trascendente.
Esta joven francesa de Alsacia nació y murió durante la época de los merovingios.
No tuvo suerte cuando vino a este mundo. Los padres esperan un niño y, para colmo, nació ciega.
Su padre era conde. Cuando la vio, le entraron ganas de matarla. Menos mal que se interpuso la madre. La cogió, le buscó una institutriz que la llevó a la abadía de Baume-les Dames.
Aquí recibió el bautismo y una esmerada formación cristiana y humana. Al bautizarla el santo obispo de Baviera, le curó la ceguera.
Cuando creció, volvió a casa de sus padres. El padre la recibió con los brazos abiertos y comenzó en seguida a pensar con quién la iba a casar.
Durante su estancia en la abadía, Odile había hecho voto de virginidad.
Y como el padre era cabezón, tuvo que escaparse de casa. Pasado algún tiempo, encontró muy cambiado al conde.
Gracias a las oraciones de su hija, él se convirtió a la fe cristiana.
Tan intensamente abrazó la fe en Cristo que, entregó su castillo para hacer de él un gran monasterio.
Al poco tiempo albergaba ya a 13º monjas. Odilia, no contenta con esto, fundó al lado un centro de acogida para los leprosos. Y como tenía cualidades de ando, dirigió los dos centros.
Cuando llegó el momento de su muerte, recomendó a sus hijas que cuidaran siempre de los pobres. Es la patrona de Alsacia.