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Santa María Teresa de Soubiran

Fundadora, 7 de junio

 

Etimológicamente significa “princesa de las aguas”, en lengua siria; y Teresa = “bella y ardiente como el sol de verano”. Viene de la lengua griega.

En nuestra sociedad actual hay hijos que pasan de los padres, los abandonan, no los tratan como ellos se merecen, ni les prodigan el cariño que les hace falta.

También en algunas congregaciones religiosas – formadas por seres humanos – ha sucedido alguna que otra vez algo parecido. Desde luego, hay que decir que han sido muy pocos los casos.

Pero a la santa de hoy sí que le ocurrió.

Cuando cumplió los 20 años, anhelaba con todo el deseo de su alma hacerse monja carmelita. Su director espiritual, sin embargo, la orientó por otros caminos distintos.

No se veía contenta con la idea que le había inculcado el sacerdote. Llevada entonces por el auténtico Espíritu de Dios, fundó la congregación de Santa María de Beguinage que, desde el año 1863, se convirtió en la de María Auxiliadora, entregada y dedicada a la educación de los chicos y chicas pobres y a los enfermos.

El Instituto recibió la aprobación del Papa en 1869.

¿Qué sucedió?

En pocas palabras, una vez que entró en la congregación la viuda Riché e hizo su profesión religiosa, todo cambió.

Era una mujer con mucha ambición. Al poco tiempo la nombraron superiora general Desde este mismo instante, todo su trabajo consistió en desprestigiar ante las demás hermanas a la fundadora. Y no se detuvo hasta que la expulsó de la institución.

Finalmente, pudo entrar en una casa de París, Nuestra Señora de la Caridad. Hizo su profesión y vivió feliz durante quince años.

Murió de tisis. En cuanto a la susodicha viuda Riché, gobernó la congregación durante 20 años, pero su marido (era una falsa viuda) la persiguió por todas partes. Al final, el marido ganó la batalla en 1890.