María Luisa de Jesús, Santa
Fundadora, 28 de abril
Etimológicamente significa “princesa de las aguas”, en lengua siria y “guerrera ilustre”, en lengua alemana.
Esta joven inquieta en lo espiritual nació en Poitiers el 7 de mayo de 1684.
La familia es la primera educadora en los valores humanos, culturales y religiosos. Si en ella no hay ambiente en alguno de esos aspectos, todo se viene abajo.
María Luisa tuvo la suerte de que su familia antepusiera los valores a otras cosas que, aunque más rentables en lo económico, no dan la felicidad completa.
A sus 17 años tuvo un encuentro con Luis María Grignon de Montfort. Desde ese instante quedaron unidos para siempre en las tareas apostólicas del reino de Dios.
En su recorrido espiritual se ve con facilidad la mano de Dios. Por su inspiración fundó las Hijas de la Sabiduría.
Tenía claro lo que tenía que hacer: ponerse incondicionalmente en manos del Señor. Recordaba a menudo las palabras de su compañero y director espiritual:" Si no se arriesga algo por Dios, no se hace nada grande por él".
Aunque murió muy joven, a los 43 años, dejó su vida plasmada y continuada en sus hermanas.
¿A qué se dedican?
A lo estrictamente evangélico, a lo que no quieren los demás. Su obra se centra en varios puntos: escuelas de caridad, visitas y cuidados a los enfermos, centros de acogida para dar comida a los mendigos y transeúntes, gestión de grandes hospitales marítimos en Francia.
La llamaba “La Buena Madre Jesús”.
Su programa espiritual y humano se condensa en esta frase:<>.
Murió el 28 de abril de 1759. El 16 de mayo de 1993 Juan Pablo II la levó al honor de los altares.