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Santa Margarita de Saboya

Noviembre 27

Etimológicamente significa “perla”. Viene de la lengua griega.

En la vida de la fe te encuentras con todo tipo de personas, como lo puedes comprobar siguiendo cada día esta breve biografía de los santos o santas.

Hoy te presento a una mujer de carta cabal. Pertenecía a la familia real de la casa de Saboya. A pesar de los placeres y comodidades que reinan en estas cortes, ella, sin embargo, supo mantener la vida espiritual que le había inculcado el santo español san Vicente Ferrer.

Fue esposa del marqués de Montferrat. Atendía muy bien a su esposo en todas sus necesidades de afecto y de caridad convertida en amor puro al estilo de la vida que lleva todo buen creyente.

No solamente cuidaba de su marido, sino también de los hijos que había tenido con su primer matrimonio.

Como quiera que ya no podía tener más hijos, entonces vio en los pobres a los nuevos hijos a los que había que dedicarse por entero.

Lo hizo con tanta generosidad que éstos no tardaron tiempo en llamarla como su propia madre.

Llevaba como podía la vida despilfarrada de su marido, gobernador de la república de Ginebra.

Cuando murió su marido, ella se convirtió en regente y en una viuda ejemplar. Educó al yerno lo mejor que pudo, aunque corrían las habladurías por todos sitios. La criticaban por ser una persona tan piadosa y tan convencida.

Muchos querían que se casara de nuevo. Le levantaban calumnias falsas para ofenderla y para ver si se venía debajo de sus convicciones más profundas. Todo, sin embargo, resultaba inútil.

Es más, llevaba con una paciencia increíble todas las cosas que decían de ella.

Pero todo tiene una medida. Aburrida y cansada de tanto insulto, se fue a la Tercera Orden de los Dominicos. Se lo aconsejó san Vicente Ferrer.

Antes de entrar en el convento, se despojó de todos sus bienes y se los dio a los predilectos del Evangelio. Murió en 1464.