Mártir, 12 de julio
Etimológicamente significa “perteneciente a Marcio”. Viene de la lengua latina.
Esta joven mártir tiene como emblema la palma. ¿De dónde era? Según los estudiosos de su vida, era originaria de Russucur- hoy Dellys) en Mauritania.
Como tantas jóvenes de su tiempo, se retiró a un lugar en el que pudiese vivir a gusto entregada a la plegaria, a hacer el bien a los otros viviendo su entrega completa al Señor con el voto de virginidad.
Ya en su plena juventud le tomó rabia al paganismo, entregado a toda clase de excesos y de vicios.
Era tan valiente que no tuvo miedo en destruir estatuas de dioses paganos o mutilando la más célebre, la de Diana que tanto se veneraba en la ciudad.
Enterada la autoridad de lo que había hecho, la mandó arrestar. Junto con el arresto, le vinieron toda clase de tormentos y de amenazas. La peor de todas fue que la difamaran.
Ella, sin embargo, se mantenía fiel a Cristo en medio de un mundo que le era hostil. Gracias a esta perseverancia, la policía la entregó a las bestias. Los mismo judíos alentaron a las autoridades a que hicieran tamaño disparate.
Cuando la llevaban al anfiteatro, los leones no lo hicieron nada, ni tocarla siquiera. No obstante un toro la arrojó a la arena (plaza) y la dejó malherida. Y un leopardo acabó con su vida angelical.
El martirio de esta joven tuvo lugar durante la persecución del emperador Diocleciano.
La conmemoración más antigua de esta santa mártir data del 12 de julio, como consta en el Martirologio Jeronimiano y en los mozárabes de los españoles. Se venera en Toledo tal día como hoy según puede verse en el Martirologio Romano y en los antiguos martirologios y breviarios españoles. Según algunos escritores españoles hay dos santas con este nombre: la de Toledo y la de Cesarea. Según una tradición la Marcia española era hija del rey de Portugal. Lo más común es que la santa mártir es la de Mauritania. Según Baronio fue trasladada a Toledo, pero no hay confirmación histórica.