Lutgarda, Santa
Virgen, 16 de junio
Etimológicamente significa “la que protege a su pueblo”. Viene de la lengua alemana.
Las conmociones provocadas por los cambios se intensifican a través de la tierra. La familia humana está todavía en pleno alumbramiento. Los cristianos no son una excepción. Por todos los sitios se anuncia una nueva primavera.
Lutgarda. Fue una virgen del siglo XIII. Había en la Edad Media muchas personas a las que no se les daba una dote suficiente para contraer matrimonio. Muchas de estas persona entraban en los monasterios en donde, sin dinero, una joven podía llevar una vida honrada y espiritualmente elevada. Esta idea les fascinaba.
Lutgarda –nombre común en Alemania y países nórdicos– nació en Tongres, Bélgica, en el año 1182 en el seno de una familia muy pobre. De niña estuvo recogida en el convento de las monjas benedictinas de santa Catalina.
Se salió del convento para ver si podía casarse. Al no lograrlo, se metió de monja para siempre. Vivía algo superficial. Un día, en el salón de visitas, se le apareció Cristo mostrándole lo crudo de la Pasión.
La joven, que no había podido aspirar a un marido terreno, encontró en Cristo un verdadero esposo. Desde entonces cambió radicalmente su vida. Se entregó al trabajo con fuerza joven, rezaba y meditaba continuamente la Pasión del Señor.
Cuando la trasladaron del monasterio de Brabante, se sintió mejor porque su lengua era el alemán. Dio ejemplo a las hermanas por su piedad y su devoción arraigada fuertemente en su alma al misterio de la Pasión del Señor. Murió santamente el 16 de junio de 1246.