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Santa Humbelina

Religiosa, 13 de febrero

Etimológicamente significa “la que da sombra”. Viene de la lengua latina.

Modernamente, para crecer como persona creyente, es muy importante adherirse a un grupo. Este te ayuda mucho a madurar en tu camino de fe, y te alienta cuando te hace falta. Todos necesitamos sentirnos seres vivos. Y el grupo te impulsa justamente a eso.

Fue una religiosa del siglo XII. Su familia vivía tan profundamente la vida cristiana que todos fueron religiosos o religiosas.

Cuando detrás, en el fondo y enfrente de una persona se encuentra una familia a carta cabal, es normal que en ese ambiente reine la concordia y el afán por escalar la meta más importante de esta vida: la santidad.

Al hablar un día con su padre acerca de su vocación religiosa, éste le dijo: Mira la nieve que hay sobre el Monte Jura. Es muy bella la panorámica. Es cierto. Pero lo que más importa es que esa nieve se convertirá en el agua que riegue estas tierras.

Sin ella, todo sería u desierto en el que no crece nada.

Los monjes encerrados en los monasterios parecen inútiles, pero son la fuente de la que mana el bien espiritual para todos los demás.

Otra vez preguntaba Humbelina: ¿Cómo servir mejor a Dios?

Entonces habló con prudencia y alegría a su marido acerca de su propósito de meterse a monja.

Y sin dudarlo mucho, se marchó al convento de Jully, en que ya estaban su cuñada Isabel y su sobrina Adelina.

A la muerte de Isabel, fue ella quien ocupó el cargo de abadesa del monasterio.

Había una sana competición. La más sana que existe: luchar por ver quién es mejor y más santo o santa

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Su hermano san Bernardo le dijo un día que preveía que iba a ser santa. Cuando le llegó el momento final, fueron sus hermanos a verla pasar a la casa del padre.