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Santa Clara de Rimini

Santa Clara de Rimini

Fundadora, 10 de febrero

Etimológicamente significa “transparente”. Viene de la lengua latina.

Esta chica pasó por muchos avatares desagradables durante buen tiempo de su vida. Nació en Rimini en 1260. Mientras fue joven, se dedicó a pasárselo bien con fiestas y juegas.

La verdad es que su familia, a pesar de ser tan toca, no le ayudó en nada en su educación ni en ponerle trabas a su desenfreno juvenil.

Y todo vino porque su padre, cuando quedó viudo, se volvió a casar con una mujer de mucho dinero. Trataba mal a Clara. Logró a toda costa que su hijo se casara con ella. Lo hicieron, pero al poco tiempo murió el padre de esta noble chica.

Esto le afectó mucho a Clara. Oraba – cosa que nunca había hecho en su vida anterior. Y un día, recitando las oraciones propias de cualquier creyente, sintió que Dios quería de ella un cambio. Se lo contó a su marido. Le pidió que le dejara irse de casa a un lugar en el que pudiera hacer mucha penitencia por sus pecados.

Una vez que obtuvo el permiso, cambió su vida. Dejó su vida de pecado y de sensualidad para entregarse a lo auténtico. Desde ahora sus pasiones fueron la oración y la Eucaristía.

Se sentía muy feliz, pero la política va por otros caminos distintos de los que ella buscaba.

La volvieron a perseguir de tal manera que le hicieron la vida imposible. Total, se largó a otra ciudad, Urbino, y aquí empezó su vida apostólica, dedicada fundamentalmente a los enfermos, los pobres y los que estaban en la cárcel.

En lugar de estar sola, se unió a doce amigas con las que fundó un convento que llevaría la Regla y el estilo de vida de las Clarisas.

Esto sucedió en el año 1306. En este mismo lugar de reposo y descanso pasó al cielo a los 66 años. En seguida se veneró como a una santa.