Aurea, Santa
Abadesa, 4 de octubre
Etimológicamente significa “ encantadora, de oro”. Viene de la lengua griega.
El violinista Yehudi Menuhin escribió: "A partir del momento en que las palabras se cantan, éstas penetran hasta lo recóndito del alma. Estoy persuadido de que los jóvenes que hoy evitan las iglesias, vendrían en masa si encontraran el misterio que allí debe reinar".
Estamos en el siglo IV, año 361.
San Eloy había sido desterrado por las buenas por el rey Dagoberto porque no lo veía con buenos ojos.
El destierro no lo hundió, sino que le dio nuevas fuerzas para luchar, estando como estaba, penetrado del amor de Dios.
Cuando se encontraba en París, fundó un convento para religiosas dedicadas completamente a la obra de Jesús.
Había nada menos que 300. Era necesario nombrar a una abadesa, Y todas, mirando a Aurea, pensaron que era la hermana idónea para dirigirlas.
Ella, a pesar de ser hija de Mauricio y de Quiria, había dejado todo para entregarse más directamente a Dios.
Llevó adelante el convento durante 33 años. San Eloy, que había sido elevado a la sede de Noyón como obispo, la asistía y le daba orientaciones y buenos consejos.
Cuando llegaron sus últimos momentos, Dios se los hizo ver.
El propio san Eloy le avisó también del día de su muerte. El la preparó lo mejor posible.
Sus restos fueron trasladados a la iglesia de san Marcial. Se le invoca a Aurea contra las calamidades públicas.