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San Teodoro de Bizancio

San Teodoro de Bizancio

Mártir, 17 de febrero

Etimológicamente significa “regalo de Dios”. Viene de la lengua griega.

Hoy te brinda el santoral dos santos con el mismo nombre, aunque de época distinta. Les une a los dos la palma del martirio, es decir, la muerte por defender la fe en el Señor.

San Teodoro de Bizancio era un joven que trabajaba feliz y contento en la ciudad de Constantinopla como aprendiz de un pintor cristiano en el palacio del sultán Mahmoud.

Este le llevó a la vida de los placeres sexuales. Pasado algún tiempo, volvió a su antiguo y siempre nuevo mundo religioso. Se convirtió de veras la verdad cristiana. Lo tildaron de loco. El sultán lo encarceló y le dieron una gran paliza.

Los verdugos se portaron muy mal con él. Al ver que no renunciaba de su fe en Cristo, lo colgaron y le dieron muerte en el año 1795.

Teodoro de Tiro

Al igual que anterior, aunque muchos siglos antes, murió este joven en el año 303 martirizado por las hordas del emperador Diocleciano.

Desde la antigüedad es un santo muy venerado en todas partes.

En Occidente se celebra el siete de febrero con el título de “El General” y el nueve de noviembre con el nombre de Tiro. El calendario litúrgico bizantino hace memoria de él el primer domingo de cuaresma.

Nació en Asia Menor, y tuvo que ir a las fuerzas armadas por obligación. Era la ley del imperio romano.

Lo arrestaron por el simple hecho de ser creyente. Tuvo el valor que, cuando lo llevaban a la condena, le metió fuego al templo de la madre de los dioses.