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San Sisinio

Sisinio, Martory y Alejandro, Santos

Mártires, 29 de mayo

Etimológicamente significan “encantamiento”, de la lengua alemana; Alejandro = protector”, de la misma lengua y Martory = ¿”martirio?”

Remonta tu mirada al año 397 y sitúate en los bellos Alpes del Tirol, Austria. Ahí nacieron estos tres mártires por su fe en Cristo.

Antes no pasaba como ahora. Una noticia se conoce al instante gracias a los poderosos medios de comunicación social.

Por ese tiempo, los cristianos no eran ya perseguidos a causa de su fe. La religión cristiana se había convertido en religión del Estado.

Pero en esta región estaban aún en lo de siempre: persiguiendo a los creyentes en Cristo y llevándolos a la muerte.

Los funcionarios estatales lo sabían, pero hacían la vista gorda. De esta forma absurda murieron estos tres mártires.

Eran tres misioneros que había enviado el obispo de Trento para que anunciaran el Evangelio en esta región, que por entonces pertenecía a su diócesis.

¿Quiénes eran?

Sisinio estaba ordenado de diácono y era originario de Capadocia; Martory y su hermano Alejandro tenían solamente las órdenes menores de lector y de porteros, es decir, los encargados de hacer las lecturas en la misa y de abrir los templos.

Apenas llegaron, los sabios y nobles de la región los abrumaron de desprecios ante las miradas impasibles de las autoridades del lugar.

Eran todavía paganos. Su tono subió de rabia cuando contemplaron a los dos hermanos construir una iglesia y lograr que la gente se convirtiera al cristianismo.

Sisinio, echándole valor, fue a apartar del templo de los dioses a un neófito que era obligado a sacrificar a los dioses falsos. Resultado; saquearon la iglesia y le partieron la cabeza a Sisinio.

A continuación ataron a Martory a un árbol, y le atravesaron el pecho a estacadas.

A Alejandro lo amarraron a un cuerno de vaca y lo arrojaron vivo a una hoguera.