Pasar al contenido principal

San Saturio

Saturio, Santo

Confesor, 2 de octubre

Etimológicamente significa “saturado”. Viene de la lengua latina.

Los creyentes serán quienes alivien las penas de los inocentes, quienes reduzcan el sufrimiento de los más despojados. Se atreverán a compartir, incluso con muy pocos medios. Tomarán riesgos para zoster las libertades humanas.

Fue un confesor. Cada vez que se pasa por el río Duero, en Soria, se queda uno viendo la ermita de san Saturio.

Nació en esta ciudad en el siglo IV. Cuando murieron sus padres, repartió todos sus bienes y haciendas a los pobres. Compartió con ellos todos sus medios hasta despojarse del último euro.

Después se marchó a una montaña cerca de la capital soriana.

Comía solamente de lo que daba el campo, un perfecto naturalista.

Pasó nada menos que 30 años en la ermita. Se cuenta que un día vio a un joven intentando cruzar el río.

Empezó a darle gritos por lo peligrosa que era tal aventura. El joven se llamaba Prudencio.

Al oír las voces de san Saturio, asustado, se tiró al río. Y cuando todo el mundo esperaba que llegase muerto arrastrado por la corriente, llegó, sin embargo, sano y salvo.

Es más: las aguas ni siquiera le habían mojado.

Se unieron los dos y se fueron juntos para la ermita, Al final de sus días Saturio, agotado, le rogó a Prudencio que le cantase los cánticos fúnebres.

Grabó su nombre en la ermita. Con el paso del tiempo, Prudencio llegó a ser obispo de Tarazona.

San Saturio es patrono de Soria.