Pedro de Mogianao, Santo
Predicador, 25 de julio
En los años 70 se produjo un quebrantamiento de los valores espirituales en Occidente, creándose un gran vacío. Un vacío puede llenarse de muchas cosas, incluso con las ideas más extrañas. Bajo esta presión, algunos dejaron de creer en el valor de lo que habían vivido hasta entonces.
Otra santa, Bautista Varano, ha escrito la biografía más completa y preciosa de esta santo.
Fue uno de los primeros directores espirituales de la chica mística.
El rasgo fundamental de este hombre fue la serenidad cuando hablaba del tema tan temido de la muerte.
El soportó la enfermedad con paciencia y alegría. Tan es así que un hermano suyo le decía: "Padre vicario, usted va a morir sonriendo".
No tenía vacío en el alma, sino que la tenía llena del valor del “paso” de la vida actual a la futura y definitiva.
Fue franciscano, el undécimo hijo de una familia fértil en hijos y en santidad.
Había nacido en Mogliano en el año 1442. De esta pueblo pasó el joven Pedro a otra ciudad más importante, Perugia, para estudiar en la universidad.
A los 25 años le cautivó la predicación de un franciscano, Domingo Leonesa.
Como le ocurre hoy a ciertos universitarios y universitarias, él pensó en una vida de extrema pobreza y en una predicación al pueblo.
En santiago de la Marca fue un magnífico predicador y un experto director de almas.
Su fama de predicador se extendió a otros lugares. Y él, que no ponía obstáculos para tan bella misión, estuvo en Creta y en Roma.
Murió el año 1490 sin haber cumplido los 50.