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San Onesiforo

Onesiforo y Porfifio, Santos

Mártires, 6 de septiembre

Etimológicamente significan “ portador de utilidad, el que tiene muchos frutos y de color de porfirio”. Vienen de la lengua griega.

Más accesible para unos, más escondido para otros, es como si le oyéramos decir: ¿No sabes que estoy muy cerca de ti y que por el Espíritu Santo vivo en ti? No te abandonaré nunca. ¡Nunca!

Estas palabras hicieron mella en los corazones de estos dos jóvenes.

Murieron en el año 80. El primero fue un fiel discípulo y colaborador de san Pablo.

Lo nombra en su carta a Timoteo:"Quiera el Señor darte la gracia al bueno de Onesíforo porque a menudo me animaba ; nunca se avergonzó de verme encadenado, pero cuando llegó a Roma, me buscó por todos sitios con gran valentía y, gracias a mí, quiso el Señor concederle la gracia de encontrar misericordia".

Y en otro versículo dice de él así:"Saluda a Prisca y Aquila y al inestimable Onesíforo".

La tradición añade que Onesíforo siguió los pasos de san Pablo a España y volvió al Este, en donde fue martirizado durante el reinado de Domiciano en Helesponto, atado a caballos salvajes.

Porfirio, un amigo y fiel amigo del primero, compartió su trabajo y el mismo martirio.

El Señor estuvo cerca de ellos para darles el valor de anunciar su Evangelio y ser colaboradores de un gran apóstol del Evangelio.