6 de Junio. San Norberto
Norberto significa: "resplandor del norte" (Nor: norte. Bert: resplandor),.
Nació en Alemania, cerca del río Rhin en el año 1080. De familia rica, planeaba dedicarse a una vida de comodidades y gozos, sin muchas aspiraciones espirituales.
Pero yendo de viaje por un camino, un rayo asustó a su caballo el cual lo derribó por el suelo, dejándolo sin conocimiento por más de una hora. Lo primero que dijo al volver en sí, fueron las palabras de San Pablo: "¿Señor, que quieres que yo haga?" y por respuesta oyó las palabras del salmo 37: "Apártate del mal y haz el bien". La conversión fue tan repentina y tan completa como la del apóstol Pablo cuando fue derribado de su caballo. Se retiró a una casa de oración a meditar y a hacer penitencia y se puso bajo la dirección de un santo director espiritual. Después de hacer los debidos estudios fue ordenado sacerdote en el año 1115.
Se propuso cumplir el evangelio a la letra y enseñar esto mismo en sus sermones. Pero a las gentes les parecieron muy exageradas sus palabras y demasiado austero su modo de vivir, y lo acusaron ante los superiores pidiendo que le quitaran el permiso de predicar.
Entonces Norberto se dio cuenta de que primero había que dedicarse a la penitencia y después sí darse a la predicación, y vendió todos sus bienes (era muy rico), repartió entre los pobres el dinero recolectado, y se dedicó a vivir como un verdadero pobre. Andaba descalzo sobre la nieve, como sacrificio por los pecados.
Después se fue en peregrinación a la ciudad donde estaba el Sumo Pontífice y le hizo una confesión de los pecados de su vida pasada y le contó los propósitos que tenía de dedicarse a predicar a la gente la conversión y la penitencia. El Pontífice Gelasio II le concedió licencia para predicar por todo el mundo.
Unos monjes habían abandonado un sitio llamado "Premonstré", porque les parecían demasiado estériles esas tierras y entonces el obispo se las ofreció a Norberto, para que organizara allá una comunidad que él deseaba fundar. Y con varios compañeros se instaló en ese cuasi desierto y sus religiosos se llamaron los "Premonstratences". Como en esa comunidad se esforzaban por cumplir lo mejor posible el santo evangelio, esto le trajo muchas vocaciones, y pronto ya tuvo Norberto 9 conventos de premonstratences en diversas partes del país. El Papa Honorio II aprobó la nueva comunidad, la cual se extendió por varios países.
Un comerciante laico llamado Teobaldo deseaba entrar a la comunidad, pero San Norberto viendo que este hombre no tenía condiciones ni vocación para religioso, le aconsejó que se quedara en el mundo, pero ayudando lo más posible a los religiosos, y viviendo una vida lo más piadosa que le fuera posible. Así lo hizo. Se casó y siguió en sus negocios pero siendo casi como un religioso en el mundo. Así nacieron lo que ahora se llaman "Terceras órdenes": grupos de laicos que viven en el mundo, pero se esfuerzan por llevar una vida bastante semejante a la de los religiosos.
En la ciudad de Magdeburgo se había muerto el arzobispo y el rey Lotario asistía al funeral. Predicó San Norberto y lo hizo tan maravillosamente bien, que al final del sermón el pueblo empezó a gritar: "Norberto Arzobispo". "Norberto Arzobispo". Al rey Lotario le agradó esta proposición y escribió al sumo Pontífice recomendándole al santo como nuevo arzobispo de Magdeburgo. Y pronto llegó el nombramiento, con gran susto para Norberto pero inmenso agrado para los fieles de la ciudad.
Varios protestaron por este recibimiento, pero el santo respondió: "Este sí me ha tratado como merezco". Y le besó los pies en agradecimiento.
Norberto se dedicó con todas sus energías a poner orden en su arquidiócesis, porque muchos laicos se estaban apoderando de los bienes de la Iglesia y algunos sacerdotes no tenían el debido comportamiento. Se enfrentó amablemente pero con fortaleza a los que se querían robar los bienes eclesiásticos, y a los sacerdotes les llamó seriamente la atención. Los que se enmendaron fueron perdonados y los que no quisieron enmendarse fueron expulsados. A los sacerdotes más relajados los reemplazaba por monjes fervorosos de su Congregación.
Como siempre, sus reformas tuvieron una fuerte oposición. Sus opositores le inventaron toda clase de calumnias y trataron de levantar al pueblo en su contra. Dos o tres veces el santo obispo estuvo a punto de ser asesinado. La rebelión llegó a tal extremo que San Norberto tuvo que salirse de Magdeburgo, pero entonces empezaron a suceder tan terribles males en la ciudad, que los ciudadanos fueron a pedirle que regresara y le prometieron ser más obedientes a sus mandatos e instrucciones. A los pocos año ya en la ciudad y en el clero se notaba un cambio muy consolador y un gran progreso en el fervor y en las buenas costumbres.
Y sucedió entonces que en Roma los enemigos del verdadero Pontífice que era Inocencio II eligieron un antipapa, llamado Anacleto. Y al verdadero Papa lo expulsaron de la ciudad eterna. Entonces San Norberto convenció al emperador Lotario para que con un gran ejército se fuera a Italia y defendiera al Pontífice el cual si no recibía ayudas militares del exterior no podría entrar a Roma. Así que el emperador Lotario, por influencia de nuestro santo, se dirigió con su ejército hacia Italia y en mayo del año 1133 entró a Roma, acompañado de San Norberto y de San Bernardo, y posesionó de nuevo al Pontífice.
Terminada esta su última gran acción, el santo se sintió ya sin fuerzas; en 20 años de episcopado había hecho un trabajo como de sesenta años. Moribundo llegó a Magdeburgo y el 6 de junio de 1134 expiró santamente. Tenía apenas 53 años, pero estaba tan desgastado como si tuviera 83. Había cumplido el lema de San Pablo: "Con gusto me gastaré y desgastaré totalmente por salvar las almas" (2 Cor. 12,15).
Dios nos conceda muchos obispos y apóstoles como San Norberto.